domingo, 16 de noviembre de 2008

Amor y pedagogía

Amor y pedagogía de Miguel de Unamuno.

Capítulo XV

Rosa, hermana de Apolodoro, está muy enferma. Su enfermedad hace que sus días se conviertan en años. Don Avito, su padre, lo sabe e intenta ayudarla con su ciencia. Rosa muere, y Don Avito la mira y piensa en los procesos fisiológicos, para él eso no es importante, cree que la muerte de su hija es normal, tarde o temprano ocurre y no le da mas vueltas. Apolodoro no se siente agusto en esa situación, su hermana muerta y su amada Clara de la cual creía que ya no estaba enamorado se casa con Federico. Apolodoro desea ser inmortal, la inmortalidad que le puede dar un hijo. Apolodoro firma unos papeles de testamentos y loco se encierra en su habitación, el quiere morir, y acaba con su vida ahorcandose. Don Avito se alerta por la inpuntualidad de su hijo y decide visitarle, al entrar en la habitación se queda de piedra delante de su hijo ahorcado sin vida, en ese justo momento siente el amor, siente que quiere a su hijo con toda su vida y deja de lado su obsesiva pedagogía. Don Avito cree que se ha equivocado con su hijo y ya no podía hacerse atrás, empieza a llorar como un niño y entre ese mar de lágrimas le queda solo Marina.
Don Avito Carrascal siente el dolor, el "amor", y todos esos sentimientos que su pedagogía le estaba quitando. “El Amor había vencido”